La celebración de Año Nuevo se remonta a la época de la antigua Babilonia, alrededor de unos 4.000 años antes de Cristo.
Hoy en día hay diversas maneras de celebrar el Año Nuevo: fuegos artificiales, reunidos en familia, la cena especial, creencias, agüeros y muchas otras cosas más según cada cultura.
Algunas personas con parálisis cerebral tienden a deprimirse, tal vez por el rechazo a su discapacidad o por no haber podido cumplir sus objetivos frente al año que termina.
En mi experiencia personal, puedo decir que en estas fechas siempre estuve con mi familia en la finca de mis abuelos. Para llegar allí debíamos hacer una larga travesía, salíamos muy de madrugada en flota hasta cierto punto, de ahí tomábamos una chiva para llegar al pueblo, luego me tenía que ir a caballo por un camino de herradura o trocha, estas experiencias de montar a caballo fueron de gran ayuda para mí, ya que me permitieron manejar mejor mi equilibrio y control postural de mi cuerpo.
Debo agregar lo importante y fructífero que es practicar equinoterapia para los niños y niñas con parálisis cerebral.
Retomando el tema del Año Nuevo, cuando estaba en el campo veía como se quemaba mucha y podía darme cuenta de que no era el único ser que estaba nervioso, pues también observaba cómo los animales se alteraban al punto de que el caballo se desbocaba en el potrero, los perros corrían y se escondían en los huecos, los pájaros huían de sus nidos y dejaban los polluelos abandonados. Esto me marcó en gran manera, pues yo me sentía igual que ellos.
Concluyo con que los padres de los niños y niñas con parálisis cerebral deben prestar especial atención durante las fiestas decembrinas, pues algunos no pueden expresar su sentir y se tornan irritables y nerviosos, por lo que es necesaria mucha paciencia.
Les deseo a todos los niños y niñas con parálisis cerebral y en especial a los beneficiarios de nuestra fundación KIT SIMILE unas felices fiestas y un Año Nuevo lleno de bendiciones.
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