Los institutos de rehabilitación son lugares fundamentales para el desarrollo de niños con parálisis cerebral, no sólo en términos de movilidad, sino en comunicación, cuidado personal y adaptación social.
En el instituto de rehabilitación que asistí existía un espacio de educación especial donde me enseñaban todos los prerrequisitos para aprender a leer y escribir y a su vez me reforzaban las herramientas básicas de aprendizaje.
Aprendí a leer letra por letra, luego palabras y por último frases, pero mi lectura nunca pudo ser corrida, debido a mis movimientos involuntarios de cabeza y a la poca fijación que puedo mantener con la mirada por parte de mis ojos. La escritura fue muy difícil para mí, por eso aún me demoro demasiado en escribir y mis grafemas quedan poco entendibles, cuando era niño solo se me facilitaba escribir con fichas.
En mis terapias de lenguaje me enfatizaron el habla y la pronunciación, pero mi comunicación a veces es poco inteligible, fluida, lenta y con lapsos donde se me va el sonido, todo esto me lo ocasiona la espasticidad. Entre más tiempo paso con las personas conmigo, más logran entenderme, aunque debo permanecer lo más relajado posible, para que mi habla fluya mejor.
En terapias ocupacionales pude notar mi progreso, antes me demoraba mucho poniéndome las medias, ya que solo lo podía hacer con una mano, después del tiempo lo pude hacer más rápido y con las dos manos, también aprendí a peinarme y de diferentes maneras, tanto que la gente cree que yo no lo hago solo, pero desde mis 10 años lo logro solo.
En este instituto tuve muchos amigos, niños denominados especiales, término que entendí solo hasta que crecí, ya que yo creía que todos los niños iban al instituto y que su educación era igual que la mía.
Jairo, Andrés, Chucho y yo éramos el grupo de los más cansones, eso siempre decían los profesores, nos gustaba hacer maldades, pelearnos y hasta contestar a los profesores, por ese comportamiento nos enviaron al psicólogo, pues decían que eso no era normal, pero yo ahora me pregunto: ¿porqué en otros niños “regulares o normales” si lo era?, a pesar de eso la pasé muy bien con mis amigos, creo que éramos felices, una vez hasta una compañera con parálisis cerebral que me gustaba me dio un beso.
Al terminar la jornada mi papá venía por mi, pero que sorpresa se llevaba, yo estaba muy sucio, hasta en ocasiones con la ropa rota, pues me gustaba jugar en un parquecito que estaba en la institución y en época de lluvias se embarraba.
Los niños con parálisis cerebral merecen llevar una vida normal, donde puedan aprender, crecer, ser felices y desarollar su libre personalidad en compañía de iguales, como lo hacen la mayoría de los niños.
En KITMILE desarrollamos el primer Gym multifuncional para el apoyo en la rehabilitación en casa de niños con parálisis cerebral, único en el mundo, el cual cuenta con patente de invención, el Gym parte de 3 posiciones fundamentales alimentación, ejercicios y descanso, en las cuales los niños con sus cuidadores pueden realizar más de 5 actividades por posición, contribuyendo a su desarrollo motriz en casa, conoce más AQUÍ.
Comments